Italia: El Nuncio del diablo

Rivera, Prigione, Maciel: Protección y jugosos negocios
Murió el Nuncio del diablo. Operador político de las mafias vaticanas y protegido de Eduardo Martínez Somalo y luego de Angelo Sodano: Girolamo Prigione. 

Sus últimos años los pasó  viajando (cuando podía) y en Alessandria, Italia, a 585 kilómetros de Roma y a una hora de Génova. Se retiró a la lujosa casa de descanso que construyó en  Castellazzo Bormida ahí en Alessandria, lugar donde nació.

Nació en 1921, a los 22 años fue ordenado Sacerdote para la diócesis de Alessandria. Sus primeros años clericales  transcurrieron en pequeños servicios diocesanos, hasta que su Obispo lo mando estudiar a la Pontificia Academia Eclésiastica. Ahi conoció a los hermanos Ciccogani, dos prolíficos Arzobispos conocedores de las bambalinas clericales de la Curia Vaticana, Gaetano (Nuncio Apostolico) y Amleto Giovanni ambos fueron cardenales, Amleto llego a ser Secretario de Estado de 1961 a 1969. Este fue el principal impulsor  de Prigione  en la carrera eclesiástica promoviéndolo a Arzobispo en 1968  como Nuncio en El Salvador justamente un año antes de dejar el puesto de Secretario de Estado de Juan XXIII y Paulo VI. Al Cardenal Ciccogani lo sucedió el mafioso Cardenal Villot, otro miembro de la mafía vaticana. 

Con Francisco: silencio
Prigione fue Nuncio en El Salvador, Nigeria, Guatemala, Ghana,  y México se convirtió en un  operador del clan Villot - Cassaroli - Sodano quienes lo usaron para sus maquinaciones y negocios en México. De hecho fue nombrado Delegado Apostólico en México el 7 de febrero de 1978 justamente veintidós días antes de que Villot fuera relevado  de su cargo y en su lugar se asignara a Agostino Casaroli como Secretario de Estado.

Hablar de la Iglesia en tiempos de Prigione es hablar de corrupción, de arreglos por debajo del agua, de narcotráfico, de negocios turbios, de influyentísimo, de poder, todo esto que salpica a Cardenales y Obispos mexicanos. Incluso aunque la iglesia quiera negar o tener su versión sobre el asesinato del Cardenal Posadas, la complicidad es evidente entre el gobierno, el narcotráfico y Prigione.
Prigione y Rivera: encubridores

En tiempos de Prigione se gestó el mal llamado Club de Roma, un poderoso grupo (hoy llamado Lobbys)  que hacía y deshacía en México con nombramientos de Obispos, negocios con la mafia política y la mafia del narcotráfico,sus miembros defendieron y encubrieron en México al pederasta Marcial Maciel, los iconos de este grupo hoy están agonizando, unos viejos, otros jubilados, destacan: el millonario Onésimo Cepeda, quien pudo comprar su episcopado con algo de sus ganancias, el Cardenal Juan Sandoval que hoy esta bloqueado por el mismo Robles y que vive enfermo, el arribista Arzobispo emérito de Yucatán Emilio Berlie, el Cardenal Norberto Rivera quien es el último en activo de este grupo y que pronto tendrá que dejar el cargo de Primado de México.

Intrigas palaciegas, arreglos en lo oscurito, fastuosas reuniones con políticos de todas las corrientes transcurrieron durante la estancia del Nuncio del Diablo en México, era el religioso más poderoso de México, los políticos de todos los partidos comían en su mesa y se doblegaban ante él, en pocas palabras era un operador más del Salinismo, el elemento que Salinas de Gortaria necesitaba para doblegar al pueblo de México, y la Iglesia con el apoyo de Prigione y del mismo Juan Pablo II lo logró.

Prigione siguió influyendo desde Alessandría, aún después de haberse retirado de México  sus constantes visitas a México siempre traían buenas noticias para sus pupilos, tambien llamados Prigioneboys, casi siempre los que lo invitaban era Monseñor Berlie, sobretodo antes de quedar como emérito para ver si con los nexos de Prigione en la Curia le podía conseguir algún trabajo de oficina como Obispo jubilado. Incluso durante las semanas que precedieron la renuncia de Ratzinger y la elección de Bergoglio el enclenque y anciano Arzobispo de Lauriacum (Prigione) visitó México para hablar del sucesor de Ratzinger.

La asunción de Bergoglio no beneficio en nada al grupo (tambien enclenque) de Prigione, aún quedan algunos como Sodano, Re y toda la mafia de la Curia Vaticana a la que Bergoglio se ha enfrentado desde que ha llegado al Papado.

Con la muerte de Prigione termina una era de poder político eclesiástico en México, pero continua la sumisión de la jerarquía eclesiástica mexicana a los intereses del gobierno. Mientras no haya un auténtico liderazgo de los Obispos la Iglesia en México irá en picada, ni si quiera el flamante Cardenal Robles con sus múltiples cargos podrá revitalizar a la Iglesia católica mexicana, su opacidad y falta de liderazgo en su misma arquidiocesis lo merma a nivel nacional, el cielo guarde la hora para la devastada iglesia mexicana.



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