Morelia: el nuevo Arzobispo, ¿promoción o encomienda?



La mafia episcopal en México se sigue moviendo como siempre. Existen varios detalles que dejan que pensar de las decisiones Bergoglianas, bueno supongamos que el las ordena, porque  los dos nombramientos episcopales recientes dejan mucho que desear, el del flamante Arzobispo de Tlalnepantla y el del nuevo Arzobispo de Morelia.


La noticia que  había llegado a la CEM desde el jueves y que  estaba bajo reserva de publicarse el sábado se dio a conocer puntualmente. Aquí no opero  el grupo Monterrey (GM) como en los  anteriores nombramientos. Incluso se esperaba que  un allegado a dicho grupo fuera  quien sucediera a Suarez Inda. En ciertos círculos clericales se decía que el delfín del GM sería el Obispo de Morelia, Javier Navarro Rodríguez, por su estrecha cercanía con el todopoderoso Cardenal Robles, pero no fue así. Morelia ocupaba un Obispo afín y conocedor de la problemática, al menos así lo llego a externar el mismo Cardenal  Suarez en algunos  círculos de sus confianzas. Por lo que  Navarro Rodríguez con un pésimo desempeño en Zamora no era apto para dirigir una arquidiócesis del tamaño de Morelia.
Con su amigo el ex gobernador

Incluso entre algunos curas de Morelia se llegaba a especular que el decano de los Obispos de Morelia Monseñor Juan Espinosa Jiménez sería quien sucedería a Suarez Inda, pero esta afirmación quedo muy en el aire.

Es bien sabido en México que Suarez Inda (un liderazgo emergente gracias al nombramiento de Cardenal dado por Francisco) es el contrapeso del Cardenal Robles, ambos tienen influencia y cercanía con Francisco, pero a Suarez lo une una estrecha amistad, al grado que logró llevar a Bergoglio a su arquidiócesis en la pasada visita, desoyendo otras propuestas.
 
Comidas habituales con politicos
Carlos Garfías Merlos es un pupilo  del Cardenal Suarez, ambos son del  Clero de Morelia, cuando Garfias era ordenado sacerdote , Suarez fungía como rector del Seminario de Celaya. Ambos coincidieron en OSMEX en los años 80s, ya que Merlos  colaboró los primeros años de su sacerdocio  como formador del Seminario de Morelia. 

En 1995 Suarez fue promovido de la diócesis de Tacámbaro a la Arquidiócesis de Morelia y en 1996 Suarez promovió a  Garfías  al episcopado a la diócesis de Ciudad Altamirano donde duro 7 años, en 2003 fue promovido a una diócesis mas céntrica: Nezahualcoyotl, siete años más tarde logró dar un salto en su asenso episcopal, logró posicionarse con el nombramiento de arzobispo para la  arquidiócesis de Acapulco en  2010, gracias a las maniobras de su amigo Carlos Aguiar Retes, en ese entonces presidente del Episcopado. 
 
Con el Presidente Municipal
Carlos Garfías no ha hecho méritos para llegar a donde ha llegado. Se ha caracterizado por ser un Obispo arribista y de aeropuerto, muy al estilo de Aguiar Retes  que ha llegado hasta la arquidiócesis de Morelia gracias al poder de su promotor y de su amigo, Aguiar.

Cómo arzobispo de Acapulco ha dejado mucho que desear, Garfias es un Obispo que desde que subió al Episcopado ha buscado escalar y copar posiciones, pareciera como si  su sueño anhelado de ser Arzobispo de su arquidiócesis madre le diera el título de Cardenal, esperemos que esto no suceda. En Acapulco  duró poco más de 6 años y aunque pareciera que hizo mucho en realidad no hizo nada, su proyecto de pastoral  deja mucho que desear. Es conocido en la costa guerrerense por su afín a las comilonas con los ricos y empresarios de la región, figuraba en desayunos, comidas y cenas, claro esto lo cuidaba muy bien y se dejaba ver en las parroquias como un Obispo cercano y pastor, pero en realidad era la pantalla que el quería ofrecer. Es un Obispo muy dado a cobrar las famosas "cuotas parroquiales", en sus diócesis anteriores lo promovió a diestra y siniestra y en Acapulco no se hizo esperar, las cuotas parroquiales son una especie de diezmo que algunos  Obispos  imponen a los curas a fin de que puedan seguir trabajando en ellas. Es un secreto a voces de la residencia propiedad de Garfias donde pasaba sus días de descanso.

La comunidad Acapulqueña y el clero de la misma le cuestionaron siempre su relación con el corrupto ex gobernador Rubén Aguirre acusado de encubrir el asesinato de 43 normalistas y de otras cosas delicadas que el mismo gobierno encubrió pero que utilizaron para aplacar la inconformidad de la población. Mientras Garfias se pavoneaba con políticos y empresarios en comilonas existían curas que no alcanzaban su mensualidad y parroquias pobres que tenían que recibir donativos de fuera para poder subsistir.

Garfías es el prototipo del Obispo discreto pero con intenciones arribistas, ha logrado copar posiciones para llegar a donde se ha propuesto, la ambición de este arzobispo michoacano va  más allá de ir a servir a una Iglesia particular, Garfías quiere ser Cardenal.

Si alguien piensa que el nombramiento de Garfias es una encomienda para apoyar la difícil y golpeada sociedad moreliana. Si no pudo apoyar ni manejar la situación de los 43 estudiantes desaparecidos no podrá manejar la situación difícil que se vive en ese estado mexicano.

Con este nombramiento la duda empieza a saltar de si Francisco gobierna a la Iglesia o es solo un titere de la mafía que aún gobierna en el Vaticano y que  no ha podido ni podrá erradicar. Solo Dios sabe.

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