Estados Unidos: El Cardenal Dolan exige a sus sacerdotes que pidan más dinero a sus fieles mientras que su cercanía a su presbiterio deja mucho que desear






La arquidiócesis de Nueva York fue erigida en 1808 y fue elevada al rango de Arquidiócesis en 1850. Hoy enfrenta uno de los problemas más difíciles para una iglesia particular, la división clerical y la aversión al Obispo.


Nueva York es una de las arquidiócesis más influyentes de los Estados Unidos. La diversidad cultural que tiene la ciudad ha hecho que tan solo el 45% por ciento de la población se declare católica, según el Anuario Pontificio  hace tres años. Esta arquidiócesis cuenta con 1515 Sacerdotes de los cuales solo 769 son del clero diocesano y cuenta con tan solo 368 parroquias.


De 2009 a 2014 el número de Sacerdotes diocesanos bajo considerable, unos dejaron el ministerio, otros pidieron su cambio por razones personales o por razones pastorales y algunos más murieron, fueron 163 Sacerdotes los que dejaron de servir en la arquidiócesis de Nueva York, una iglesia clericalmente difícil.

El Cardenal Dolan tiene casi  67 años. Nació en San Luis Missouri, en esa misma arquidiócesis se ordenó a los 26 años. De 1994 a 2001 fungió como Rector del influyente Pontificio Colegio Norteamericano en Roma. En 2001 fue promovido al episcopado por su mentor episcopal, el poderoso Cardenal Justin Rigali. Quien lo invito a colaborar como Obispo Auxiliar, cargo que duró tan solo un año, porque de ahí fue nombrado Arzobispo de Milwaukee.

En 2009 el Vaticano trasladaba de la arquidiócesis de Milwaukee  a Nueva York al Arzobispo Timothy Michael Dolan a quien poco más de dos años lo nombraron Cardenal.


Dolan es un Arzobispo inteligente que gusta de los medios  de comunicación para que con su simpleza y sonrisa granjearse a la gente, incluso a sus detractores. Es de los pocos Obispos que se  ha enfrentado directamente  a  Obama en su cruzada  abortista, lo mismo le da participar en una manifestación pro vida que en una cena con  Obama, los Bush, los Clinton o con Trump. De hecho es de los pocos clérigos norteamericanos que participaran en la próxima toma de posesión de Donald Trump este próximo 20 de enero. 

En 2013 declaró  ante la justicia norteamericana a petición de los abogados de 500 víctimas de abuso sexual por parte de clérigos de la arquidiócesis de Milwaukee entre 2002 y 2007, tiempo en que fue arzobispo de esa zona.


Su clero está cansado de su activismo mediático, buscan un pastor, un Obispo que escuche su problemática  y sea más cercano a ellos, pero Dolan se ha distinguido en los últimos años por ser un Obispo dinerero.

El miercoles 23 de noviembre del 2016  el Cardenal Dolan  firmó una carta pastoral (Ver aquí) dirigida a sus Presbiterio, en ella aparte de animarlos a vivir santamente las próximas fiestas navideñas les pide que animen a la feligresía a solicitarle que donen más dinero a la Iglesia católica de la arquidiócesis de Nueva York. En esa carta también el Cardenal critica a un grupo del clero de Nueva York que afirma que la arquidiócesis malgasta el dinero que las parroquias reciben y que son recogidos por el Arzobispado para proyectos de la arquidiócesis sin darlo a las necesidades de cada parroquia. En la misma  carta explica que de no recabarse más dinero o  tendrá que vender  el centenario edificio del Arzobispado que se encuentra en el corazón de Manhattan.

Y es que la carta fue dirigida a los dos grupos de curas, los primeros, los inconformes y los segundos (según Dolan) la mayoría de su presbiterio que están de acuerdo con la manera de recaudar del Arzobispado.

La Carta fue filtrada a la prensa y el National Catholic Reporter fue de los primeros medios en sacarlo a nivel global hace un par de días.

El detalle es que la carta ha causado más descontento entre el clero molesto con la política recaudatoria de la Arquidiócesis, de por si en el clero neoyorkino se conoce a Dolan como el Cardenal Bufón por su manera de  actuar y su carácter tan bonachón y  tan burlesco, situación que enciende el descontento del clero para con su Obispo, un Obispo que gusta más de sus reuniones con empresarios y políticos que con sus Sacerdotes, situación que ha sido reclamada, con justa razón por sus clérigos.

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