Roma: A 4 años de la intempestiva renuncia de Benedicto y la llegada incierta de Francisco la situación en el Vaticano se pone más difícil.





Meses antes anunciábamos en este blog que 2013 sería el fin del pontificado de Benedicto XVI y así fue. La mañana del 11 de febrero el mundo quedaba atónito ante la decisión de Ratzinger.


Han pasado cuatro años y la Iglesia ha dado un vuelco, mas sin embargo el poder Bergogliano no ha podido con la acentuada mafia curial que desde hace años se encuentra agarrada como garrapata al trono de Pedro.

En su momento dijimos en este mismo espacio que la renuncia de Ratzinger se debía al miedo  que este tenía a la Mafia Vaticana ligada a la pedofilia internacional al narcotráfico y  a los poderes terrenales. Nada nuevo en la historia de la Iglesia.

Bergoglio ha hecho lo suyo. Y ahora a cuatro años de su elevación al solio pontificio inicia el declive, los ataques se han agudizado y Bergoglio a pesar de su ego se ha mantenido firme. Ha tocado hilos sensibles de cotos de poder pero no ha ido a la raíz, y ese será el problema para los próximos años. Parece que Bergoglio le pasa lo mismo que a Ratzinger, el miedo y el factor edad le están impidiendo llevar una verdadera limpia de la Curia Vaticana, aunque Ratzinger anímicamente era más débil y en edad era unos cuantos años más viejo no pudo con la carga.

La situación en la Curia Vaticana es delicada y al parecer Bergoglio no podrá hacer el cambio tan anhelado, al menos en su plan, los poderes de la curia han sabido mover los hilos de oposición y han cercado a Francisco y han contado con el apoyo indirecto del ala conservadora de la Iglesia.

En lo que resta del Pontificado de Francisco, que al parecer  no queda mucho, unos 3-4 años si el factor enfermedad no lo diezma, deberá emprender una campaña de limpia con el rigor de la ley, dejar a un lado la misericordia y emplear la justicia.

Se podría hablar de una renuncia por cuestiones de salud pero  no mientras viva Benedicto XVI, la Iglesia no podría tener dos Papas eméritos, sería una especie de burla a la institución, que dudo que se dé.

Vienen tiempos difíciles para Francisco y se pondrán más difíciles si no  impone su autoridad ya.

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