Tijuana: El Arzobispo Moreno Barrón apuesta por su presbiterio, mientras que el lobby gay le oculta y le maquilla información
El 16 de junio de este año
cumple un año de haber llegado a la fronteriza ciudad de Tijuana. A su
llegada laicos y un amplio sector de
Sacerdotes esperaba un cambio radical,
pero no ha sucedido. Tijuana tiene el primer Obispo (después de Monseñor
Alfredo Galindo) que al parecer es un
hombre de Oración y un verdadero Pastor con olor a oveja. Ni si quiera el
segundo Obispo Posadas Ocampo lo era.
Tiene 62 años y es del clero de Morelia. Tutelado y
promovido al episcopado por el Cardenal Alberto Suarez quien lo promovió como
su auxiliar, luego a Tlaxcala y desde hace menos de un año a Tijuana.
Él sabe que la tarea es difícil, que la problemática no
radica en el área pastoral, en la migración o en la problemática económica que
asola a la Iglesia en esa zona norteña de México, el verdadero problema es el
Presbiterio, con su vida disoluta y su tan arraigada división. Ha querido
involucrar a laicos y sacerdotes para transformar Tijuana desde su clero. Pero algunos
en el clero se reúsan, no cede a perder su status de confort.
A Tijuana la persigue el fantasma de la pedofilia y el
Obispo llego con la encomienda de hacer limpia, pero con caridad y
misericordia. Antes de aceptar el cargo el Nuncio le indico la difícil situación
en que se encuentra Tijuana, incluso le comentó que ya había sido rechazada por
uno de los Obispos, sin embargo acepto el reto.
Moreno Barrón no llego haciendo aspavientos, ni llego
cambiando ni enfrentándose a la podrida
curia arquidiocesana, ni siquiera se ha enfrentado al coto de poder que rodea a
los formadores del Seminario, quienes tienen que dar cuentas de varias malas
decisiones que han hecho. Moreno Barron ha sido cauteloso y sigiloso.
La propuesta del Arzobispo de Tijuana es transformar a su presbiterio y de ahí a cada comunidad
parroquial, el dirigirá los ejercicios espirituales de carácter obligatorio
para cada uno de los sacerdotes que integran la Arquidiócesis.
Aún queda una situación pendiente en esta norteña arquidiócesis.
Los casos de pedofilia que encubrió y maquilló el anterior Arzobispo con la ayuda del Vicario Judicial Héctor
Emilio Sánchez Nava, un sacerdote con desequilibrio mental que es peligroso
que siga en ese cargo.
Los casos son delicados y ameritan una segunda revisión, por
el mismo arzobispo, los más delicados : Jeff Newell, Danilo Zanini, Juan Carlos Ackerman y Enrique
Tenorio casos que fueron solapados en su
momento por el Arzobispo Romo y ahora siguen encubriendo el Vicario General y
el Canciller.
Recientemente molestó al Presbiterio el comentario de Moreno
Barrón al afirmar que el Sacerdote Danilo Zanini se encontraba exonerado de lo
que se le imputaba, ¿pero cómo? Si existen pruebas que mismos laicos y sacerdotes tienen. En los
demás casos pasa lo mismo, el Arzobispo piensa que no son culpables y que son parte de una
guerra contra el humilde trabajo de
ellos, ¿será?.
El Arzobispo de Tijuana Monseñor Francisco Moreno es
inteligente, o le están ocultando información o simplemente no tiene voluntad
para investigar más a estos y otros Sacerdotes, el problema es que estos
problemas ajenos al Arzobispo le pueden meter en problemas por convertirse en
encubridor de Sacerdotes pederastas, incluso podría mermar su carrera de ascenso
en el episcopado.
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