Raúl Vera el polémico Obispo de Saltillo se encontró de
manera discreta en una audiencia privada con el Papa el pasado 5 de mayo en la
ciudad del Vaticano.
Parece que es el tiempo del actual Obispo de Saltillo, el
dominico de 71 años que fue promovido al
episcopado por el grupo ultra conservador del Vaticano encabezado por el
todopoderoso Cardenal Eduardo Martínez Somalo. Fue consagrado Obispo en 1987 a
la edad de 42 años en la ciudad del Vaticano por el mismo Juan Pablo II y
apadrinado por el otrora poderoso cardenal Giovani Batista Re, su primer destino fue la diócesis
de Ciudad Altamirano en el conflictivo estado sureño de Guerrero en México,
cinco años después fue el alfil principal de parte del grupo ultra conservador
del Vaticano para desmantelar el papel de Samuel Ruiz en San Cristóbal de las
Casas, y fue enviado en 1995 esa
diócesis como Obispo Coadjutor con derecho a sucesión, pero la historia fue
otra. Vera conoció de primera mano la impresionante labor del “Tatik” y se sumó al trabajo de, con y por los
pobres.
En la historia episcopal de Raúl Vera hay algunos
claroscuros, pero esos no han sido mella en el interés que el pontificado
actual tiene en este Obispo mexicano. Sus detractores lo acusan de proteger y promover pastoralmente al lobby gay, de
tener una relación sentimental con una de sus colaboradoras y de participar en
fiestas de disfraces, así como codearse
con políticos y empresarios corruptos. Es un Obispo que se ha mantenido al
margen con sus demás colegas obispos, en
su relación con la cúpula del poder episcopal en México ha sido distante y
respetuosa, que aunque muchos digan que el mismo Cardenal Robles ha intentado
frenarlo no es así, puesto que Vera mantiene una línea directa con los lobos de
poder que aún mueven el poder en las entrañas vaticanas, muy a pesar del giro
Bergogliano que la Iglesia ha tenido,
por eso en este pontificado Vera ha quedado como anillo al dedo para los planes
de Francisco en un país clave donde los cotos de poder episcopales han hecho más
daño que las sectas.
Sin aspavientos, sin anuncios y sin tanto alarde el Obispo
de Saltillo fue recibido en audiencia privada por el mismo Papa Francisco en la
ciudad del Vaticano, una reunión solo entre el Papa y Vera.
Las audiencias privadas son una cita común entre Cardenales, grupos de Obispos
en visitas ad limina y patriarcas que el Papa habitualmente tiene. O sea el Papa
es muy raro que reciba a un Obispo de manera particular, sino es para una encomienda especial o porque el mismo pontífice lo manda
llamar por y para algo, si alguien pensó que fue llamado para ser amonestado por su
campaña anti gobierno y en pro de los homosexuales está equivocado, en este
caso la reprensión haya venido directamente de alguno de los dicasterios y no
hubiera sido necesaria la reunión en el Vaticano.
Vera López fue llamado
para algo en concreto, si bien el Papa conoce la realidad de México de pies a
cabeza por sus contactos o por boca del mismo Nuncio, Vera contó la realidad
por la que atraviesa ese país norteamericano, de hecho Vera compartió una
tertulia (después de la Audiencia) larga y tendida con el Papa, algunos en Roma
afirman que fue invitado a cenar, puesto que se le vio salir tarde de Santa
Martha.
Hay que tener en cuenta (y muy en cuenta) que Vera aun a sus
71 años se encuentra sano y fuerte, que conoce la realidad del estado de Guerrero,
puesto que estuvo de 1988 a 1995 en la
diócesis de Ciudad Altamirano, situada en la sierra de Guerrero y colindante
con el estado de Michoacán, a tan solo 5 horas de la vacante arquidiócesis de
Acapulco. ¿A caso viene la promoción para este Obispo en México?.
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