México: los 75 años del Cardenal Rivera





Rivera Carrera llego a los 75 años, una edad que muchos curas del DF anhelaban para que dejara el cargo, parece que Roma decide esperar, y eso ya lo habíamos anticipado desde hace unos años, cuando hablábamos de la sucesión en la joya de la corona, un mote dado por este blog y que otros blogs han tomado.


A los Cardenales mexicanos desde tiempos de Wojtyla se les ha dado un tiempo de gracia, excepto a Corripio quien si fue relevado de su cargo (por cuestiones políticas ad intra de la Iglesia) a los dos meses de haber cumplido la edad canónica. Por ejemplo al entonces Cardenal de Monterrey Suarez Rivera le dieron un año de gracia, mientras que a Juan Sandoval le dieron 3 años y al súper amigo del Papa el recién Cardenal de Morelia le dieron dos años de gracia.

Norberto celebró su cumpleaños número 75 el pasado lunes, de manera discreta, no podría hacerlo de manera pública con pompa y platillo como a él le gusta porque es el prototipo de Obispo sumiso a los poderes terrenales, y como tiene demasiada cola que le pisen sus detractores  harían lo imposible por exhibirlo. A  Rivera no se le da ser un pastor de periferias, aunque de ellas haya salido.

Se sabe que no es bien visto en ciertos círculos bergoglianos, aunque algunos sectores de la iglesia mexicana y medios pro Rivera  digan lo contrario, pero la realidad es otra, Rivera Carrera se va con un historial de proteccionismo de curas pederastas, como un Obispo lejos de promover el verdadero mensaje de Cristo y como un Obispo rico, más de alguno ha de preguntarse ¿a cuánto asciende su fortuna?, está muy lejos la imagen de ese niño pobre de familia obrera y sencilla que uso a la Iglesia católica para tener un status. Norberto Rivera se debe a dos grandes  mafiosos de la Iglesia,  al entonces obispo de Durango Antonio López Aviña (conocido como el López Rapiña) entre sus colegas de formación y promovido por el entonces Arzobispo de Guadalajara José Garibi Rivera al episcopado y por el mafioso nuncio Girolamo Prigione a quien ayudo a desmantelar los seminarios del sureste  que supuestamente promovían la “teología de la liberación”. De hecho su premio fue la sede que en próximos meses dejara.

Rivera no supo o no pudo influir con sus colegas obispos, quizá tuvo muchos logros como Pastor de la arquidiócesis primada, pero su actitud principesca, palaciega y trepadora le tiro todos sus logros. Ahora tiene más detractores que seguidores. Su persona ha servido para contribuir al avance de las sectas en la diócesis más importante de México.

Roma ha mandado señales  desde tiempos atrás, el cambio puede esperar, mientras eligen sin equivocarse, y la elección no recaerá en la Congregación de los Obispos, sino en el mismo Bergoglio. No hay candidato natural,  hay candidatos interesados, como el flamante obispo principesco recién nombrado Cardenal de la colindante arquidiócesis, que a como de lugar anhela ser el arzobispo primado, ¿Bergoglio dejara que la mafia vaticana imponga su alfil? Roma no lleva prisa y es probable que espere a que termine el tiempo electoral en México, que ya casi comienza, mientras tanto los días para Rivera serán más difíciles, sus detractores quieren exhibirlo más, quieren mostrarlo como el Cardenal Protector de Curas pederastas, que lo  es. Candidatos hay muchos, pero lo que la Iglesia particular de la Ciudad de México necesita es un verdadero Obispo pastor y no otro Obispo príncipe.

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